La verdad que el hecho de que esta receta haya salido tan rica como salió, es un milagro. No tenía mucho para cocinar, y rejunté muchas cosas.
Iba a ser una tarta, pero no sé qué le pasaba a la masa que no podía estirarla en el molde sin romperla. Encima ese día tenía muy poca paciencia, así que me dije: "Chau, hago dos empanadones o "calzones" y ya fue". Y así salió! Les dejo la receta improvisada de una noche de miércoles atareado.
Ingredientes:
- Las dos tapas de tarta vegana
- Una lata de garbanzos
- Una lata de choclo cremoso
- Dos cucharadas de levadura de cerveza en copos
- Una cucharada de fécula de papa
- Sal marina a gusto
- Un chorrito de aceite
- Una lata de arvejas (se nota que no tenía nada en casa, todo en lata!)
- Una cebolla grande
- Un diente de ajo
- Un ramillete de espinacas.
Primero corte la cebolla y el ajo y los salteé en una sartén hasta dorarlos.
Después (o mientras tanto, si pueden hacer más de una cosa a la vez, jajaja), en la licuadora metí los garbanzos, la levadura, el aceite, la sal y la fécula. Los licué un ratito.
Herví las espinacas, las colé y corté, y las mezclé con esa pasta de garbanzos. A todo eso le sumé el choclo, las arvejas y las cebollas doradas.
Por último las puse una en cada tapa y armé el repulgue como si fueran dos empanadas gigantes. Las metí al horno hasta que se doraron y listo!
Las acompañé con una ensalada bien livianita! Bon apetit!
